Artículo de información
José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez
3 de noviembre del 2025
El cine ha conocido pocos episodios tan enigmáticos como el de The Day the Clown Cried, la película que Jerry Lewis dirigió, protagonizó y decidió ocultar por más de cuatro décadas. A comienzos de los años setenta, el comediante más famoso de Estados Unidos intentó crear una obra que rompiera con su trayectoria de humor blanco y gestual, adentrándose en el territorio del Holocausto. El resultado fue un film envuelto en silencio, condenado por su propio autor y convertido en leyenda entre críticos e historiadores. Lo que empezó como una búsqueda de redención artística terminó siendo un retrato de las fronteras morales del espectáculo, de los límites entre la risa y el horror, y de la vulnerabilidad del creador ante su propia obra (Frodon, 2016).
Lewis, acostumbrado a dominar la pantalla con personajes torpes y entrañables, quiso demostrar que podía trascender el humor y alcanzar la tragedia. En 1972 rodó The Day the Clown Cried en Suecia y Francia, interpretando a Helmut Doork, un payaso alemán que acaba en un campo de concentración nazi. Su objetivo era denunciar el absurdo del fanatismo y explorar la culpa del artista que, sin quererlo, participa en el dolor ajeno. Pero el rodaje estuvo marcado por disputas financieras, censura y dudas personales. Lo que debía ser su obra más audaz se convirtió en su mayor peso moral. Desde entonces, el film se transformó en un mito que ilustra la tensión entre la ambición creadora y la imposibilidad de representar el sufrimiento extremo (Macnab, 2024).
Jerry Lewis y la concepción de una película imposible
En la cima de su fama, Jerry Lewis buscaba legitimidad artística. Después de éxitos como The Nutty Professor y The Bellboy, deseaba dejar atrás la imagen de comediante para ser reconocido como autor total. Encontró en The Day the Clown Cried un guion que le ofrecía esa posibilidad: el de un payaso que, tras burlarse de Hitler, termina en un campo de concentración, obligado a entretener a los niños judíos antes de conducirlos a la muerte. La premisa mezclaba sátira, tragedia y moral, un terreno desconocido para él. Su insistencia en dirigir y protagonizar la cinta revelaba la convicción de que el humor podía ser vehículo de redención y denuncia, aunque el contexto histórico del Holocausto exigía una sensibilidad que ni Hollywood ni el propio Lewis estaban preparados para asumir (Frodon, 2016).
Durante el rodaje, Lewis se enfrentó a la incomodidad del tema y al desconcierto del equipo. Las tensiones entre la producción europea y los derechos del guion derivaron en disputas legales. Al mismo tiempo, su interpretación se volvió introspectiva y sombría, lejos del ritmo de comedia física que lo había consagrado. Testimonios de los técnicos señalan que Lewis se quebraba con frecuencia en el set, dudando de cada escena y revisando obsesivamente los diálogos. En ese proceso de desgaste se gestó la contradicción entre la intención noble y el resultado imperfecto, entre el deseo de humanizar el horror y la imposibilidad de hacerlo desde el artificio del circo (Fleming Jr, 2024).
El argumento buscaba representar el absurdo del mal desde la mirada de un artista degradado. Helmut Doork encarna la caída de un individuo que descubre su propia miseria al participar en el espectáculo del exterminio. Lewis quiso que la película fuera una fábula moral sobre la culpa, pero los críticos que pudieron ver fragmentos la describieron como un experimento fallido. Harry Shearer, actor y testigo de una proyección privada, aseguró que “era tan equivocada en tono y ejecución que resultaba inolvidable”. El problema no radicaba en la falta de talento, sino en el intento de convertir la comedia en redención frente al Holocausto, un terreno ético donde toda ligereza se vuelve sospechosa (Germain Lee, 2024).
Lewis comprendió demasiado tarde que su obra no podía sostener la mezcla de géneros que había imaginado. La risa y la tragedia se anularon mutuamente, dejando un vacío emocional imposible de resolver. Esa disonancia interna transformó la película en una herida abierta dentro de su carrera. El comediante que había hecho reír al mundo se vio confrontado con una historia que no admitía redención escénica. Lo que buscaba ser una reflexión sobre la dignidad humana terminó siendo un recordatorio de la fragilidad del creador frente al peso de la historia (Macnab, 2024).
Análisis y lectura del film
Aunque solo sobreviven fragmentos, guiones y testimonios, la estructura narrativa de The Day the Clown Cried revela la intención de Lewis de filmar una parábola moral. El protagonista, degradado y humillado, representa la conciencia culpable del artista que participa en un sistema de destrucción. La puesta en escena alterna momentos de patetismo con gestos grotescos, reflejando la confusión entre espectáculo y realidad. En las escenas finales, cuando el payaso decide acompañar a los niños hacia la cámara de gas, la película abandona cualquier ironía: es el intento desesperado de otorgar sentido al sacrificio en un entorno donde toda humanidad parece extinguida (Solomon, 2025).
El film, pese a su precariedad, plantea una pregunta vigente: ¿puede el humor coexistir con la memoria del horror? Lewis intentó responder con un acto de empatía, pero su lenguaje provenía de la comedia popular, no del drama histórico. Esa contradicción vuelve su obra fascinante y perturbadora. La figura del payaso, símbolo de risa y consuelo, se transforma en testimonio de culpa y derrota. En esa inversión de significado reside la fuerza conceptual de la película, aunque su ejecución nunca alcanzara coherencia estética (Fleming Jr, 2024).
La recepción de la obra, incluso sin haberse estrenado, la convirtió en mito cinematográfico. Su existencia se conoció a través de copias parciales y notas de prensa, alimentando el interés de generaciones de cineastas. Para algunos, Lewis fue un visionario que se atrevió a abordar lo indecible; para otros, un cómico desbordado por su ambición moral. Esa ambigüedad explica por qué The Day the Clown Cried permanece en la frontera entre la creación y la censura, entre la valentía y la culpa (Macnab, 2024).
El relato cinematográfico adquiere mayor peso al analizarlo como síntoma cultural. En plena posguerra, la industria estadounidense evitaba abordar el Holocausto con crudeza. Lewis rompió ese silencio, pero lo hizo sin las herramientas del realismo histórico ni el tono documental. Su película, más que un error artístico, es un documento sobre los límites de la representación. En el fracaso de The Day the Clown Cried se encuentra el testimonio de un artista que intentó redimir la risa enfrentándola al abismo (Frodon, 2016).
El silencio del autor y la crítica a su decisión
Después del rodaje, Jerry Lewis decidió ocultar la película. Alegó razones legales, financieras y morales. Según declaró años después, se avergonzaba del resultado y no quería que nadie lo viera mientras estuviera con vida. Donó los negativos a la Library of Congress con la condición de mantenerlos sellados hasta 2024. Su silencio, más que un acto de control artístico, se convirtió en parte del relato. El film pasó de ser una obra inconclusa a un símbolo de autocensura y culpa creativa. Esa decisión generó un debate que perdura hasta hoy sobre el derecho del autor a ocultar una obra que interpela la memoria colectiva (Zongker, 2024).
La sociedad ha reaccionado con curiosidad y reproche ante esa renuncia. En un tiempo donde el arte se concibe como espacio de verdad, ocultar una obra sobre el Holocausto parece un gesto contradictorio. Sin embargo, también puede entenderse como defensa del respeto a las víctimas y del pudor del creador ante su propio fracaso. Lewis no quiso transformar su error en espectáculo. Optó por el silencio, un silencio que el mundo interpretó como condena y confesión al mismo tiempo (Macnab, 2024).
Con la liberación parcial del material en 2024, las primeras imágenes confirmaron lo que muchos intuían: una película malograda pero valiente. La crítica contemporánea ha reevaluado su importancia no por su calidad, sino por su intento de abordar lo irrepresentable. The Day the Clown Cried se convirtió en espejo de una época donde el humor buscaba justificar su existencia ante la tragedia. Su rescate plantea la necesidad de debatir cómo la memoria del genocidio puede ser tratada desde el arte sin caer en el espectáculo ni en la banalidad (Solomon, 2025).
La historia de Jerry Lewis y su film perdido sigue siendo una advertencia sobre los riesgos del artista cuando confunde compasión con representación. Guardar la película fue su manera de reconocer que había cruzado una frontera que el arte no siempre puede traspasar. Pero ese acto también privó al mundo de un testimonio necesario. En la tensión entre vergüenza y deber, entre silencio y memoria, reside la verdadera herencia de The Day the Clown Cried (Fleming Jr, 2024).
Referencias
Fleming Jr, M. (15 de Agosto de 2024). Deadline. Obtenido de ‘The Day The Clown Cried’ Script Resurrected: Turned Into Famed Unreleased Jerry Lewis Holocaust Tale, The Now-Funded Screenplay Might Finally See The Light Of Day: https://deadline.com/2024/08/the-day-the-clown-cried-script-set-up-funded-unreleased-jerry-lewis-holocaust-tale-1236041137/
Frodon, J.-M. (15 de Marzo|| de 2016). Senses of cinema. Obtenido de The Day the Clown Cried (1972, unfinished): https://www.sensesofcinema.com/2016/jerry-lewis/the-day-the-clown-cried/
Germain Lee, B. C. (29 de Agosto de 2024). The New Republic. Obtenido de I Watched Footage of Jerry Lewis’s Unreleased 1972 Holocaust Film: https://newrepublic.com/article/185434/watched-footage-jerry-lewis-unreleased-1972-holocaust-film?utm_source=chatgpt.com
Macnab, G. (30 de Agosto de 2024). The Guardian. Obtenido de ’Ashamed. Embarrassed’: Jerry Lewis’s infamous Holocaust clown film that never was: https://www.theguardian.com/film/article/2024/aug/30/ashamed-embarrassed-jerry-lewis-infamous-holocaust-clown-film-that-never-was?utm_source=chatgpt.com
Solomon, M. (29 de Agosto de 2025). Cracked. Obtenido de 7 Excruciating Details About Jerry Lewis’ Greatest Disaster: ‘The Day the Clown Cried’: https://www.cracked.com/article_46776_7-excruciating-details-about-jerry-lewis-greatest-disaster-the-day-the-clown-cried.html
Zongker, B. (3 de Setiembre de 2024). Library of Congress. Obtenido de Footage from Jerry Lewis’ Film ‘The Day the Clown Cried’ Opens for Research at Library of Congress: https://newsroom.loc.gov/news/footage-from-jerry-lewis–film–the-day-the-clown-cried–opens-for-research-at-library-of-congress/s/73d6a4a2-2e21-4b63-aa03-aa8f0a778e64?utm_source=chatgpt.com
		
        


















