Artículo de información
José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez
22 de abril del 2025
En un rincón de Miraflores, donde otros ven chatarra, Hugo Manrique ve herramientas para el aprendizaje. Radios desarmadas, teclados en desuso, restos de impresoras y carcasas de ventiladores son los ladrillos con los que construye robots. Pero más allá de cables y sensores, lo que realmente activa en su taller es la curiosidad, la emoción, la capacidad de imaginar soluciones desde el descarte. Su proyecto, BOTS, no es una escuela de robótica tradicional, es un espacio de transformación humana.
Manrique ha logrado consolidar un modelo educativo alternativo, sostenible y profundamente inclusivo. Sus talleres reúnen a niños desde los cinco años, jóvenes en situación vulnerable y personas con discapacidad. Allí, aprenden a programar, armar y entender cómo funciona el mundo tecnológico que los rodea. Pero sobre todo, comprenden que no todo lo que se rompe se pierde. En cada robot reciclado, hay una metáfora clara: el conocimiento también puede surgir de lo olvidado (Vértiz, 2019).
La visión de un creador: enseñar desde lo descartado
El trabajo de Hugo Manrique parte de una experiencia vital marcada por el deseo de comprender el funcionamiento de las cosas. Desde muy joven, se interesó por desmontar aparatos, reparar radios y recuperar televisores que otros tiraban. Esa curiosidad técnica evolucionó en un enfoque pedagógico que prioriza la reutilización como valor educativo. Su taller no es solo un centro de formación: es también una declaración contra la obsolescencia programada (Vértiz, 2019).
La idea de recuperar dispositivos electrónicos no es solo funcional: tiene una dimensión poética. Un teclado puede transformarse en el torso de un robot, una rueda olvidada en su motor. Cada componente reciclado se convierte en pieza educativa. Manrique demuestra que no se necesita lo último en tecnología para enseñar robótica; basta con ingenio, compromiso y una visión clara (Osvaldo, 2023).
Esa filosofía se refleja en cada niño o joven que participa en el taller. Nadie es espectador: todos exploran, fallan, aprenden y crean. La enseñanza es vivencial, personalizada y horizontal. Manrique los anima a cometer errores, entendiendo que cada tropiezo es parte del proceso de descubrimiento (Reategui, 2023).
Además, los robots creados tienen identidad. Nombres como “Wally”, “Stacy” o “Motobot” dotan a las creaciones de personalidad y contexto. Esa personificación permite una relación afectiva con el conocimiento y convierte cada prototipo en una narrativa técnica y emocional (Borrero, 2022).
Un taller vivo: entre el juego y el conocimiento
Los talleres de BOTS están diseñados para adaptarse a distintas edades y niveles de experiencia. Desde los cinco años, niños y niñas comienzan con actividades que combinan juego y descubrimiento: piezas de Lego que se convierten en mecanismos móviles, sensores que despiertan con una palmada, luces que se activan con la risa. A medida que crecen, se integran herramientas como Arduino, programación por bloques y lógica digital. Cada paso, aunque técnico, está mediado por la emoción de crear con las manos y comprender desde el juego (Argandoña, 2022).
Uno de los ejes fundamentales del enfoque de Hugo Manrique es la autonomía creativa. Aquí no existen moldes ni kits cerrados. Cada alumno parte de cero y da forma a su propio robot, eligiendo piezas, estructuras y funciones. Esa libertad impulsa la capacidad de tomar decisiones, resolver problemas y enfrentar desafíos con pensamiento crítico. No hay correcciones rígidas: solo caminos distintos. Y cada robot terminado se celebra como un logro auténtico y personal, distinto a cualquier otro (Osvaldo, 2023).
La enseñanza técnica no se limita a lo funcional. En BOTS, cada circuito es también una pregunta. ¿Qué hacemos con lo que consumimos? ¿Cómo podríamos reutilizar antes de desechar? Esta dimensión ética y ambiental atraviesa todo el proceso de aprendizaje. Al construir con materiales reciclados, los alumnos reflexionan sobre el valor de las cosas, sobre el ciclo de vida de los objetos, y sobre el papel que tienen como creadores de soluciones sostenibles. Aprenden robótica, sí, pero también adquieren una conciencia crítica sobre su entorno (Reategui, 2023).
Además del trabajo con niños, el taller ha desarrollado cursos especiales para jóvenes en búsqueda de formación técnica aplicable. Allí se enseñan habilidades como reparación de laptops, instalación de sistemas operativos, mantenimiento de equipos y montaje de componentes electrónicos. Estas capacidades, además de ampliar el campo laboral, refuerzan la autoconfianza y brindan herramientas concretas para enfrentar contextos económicos adversos. Manrique no solo construye robots: también construye futuros (Reategui, 2023).
Tecnología con conciencia y vocación social
La inclusión es uno de los pilares fundamentales de BOTS. Desde sus inicios, Hugo Manrique ha comprendido que el acceso a la tecnología no debe ser un privilegio, sino un derecho. Con ese enfoque, ha desarrollado metodologías específicas y dispositivos adaptados para personas con discapacidad visual, motora o cognitiva. En alianza con la Clínica San Juan de Dios, ha instalado estaciones educativas accesibles que utilizan botones ampliados, comandos de voz y superficies táctiles. Este esfuerzo no solo transforma los entornos educativos, sino que amplía las posibilidades de aprendizaje de cientos de niños que antes quedaban fuera del discurso tecnológico (Reategui, 2023).
En los espacios creados por BOTS, la tecnología se convierte en puente y no en obstáculo. Niños con movilidad limitada participan activamente en la programación de robots, creando secuencias de movimiento, sensores de interacción y pequeños proyectos que son presentados en ferias escolares. El orgullo de mostrar lo que han construido con sus propias manos es parte esencial del proceso. La inclusión, aquí, no es un eslogan: es una práctica viva, cotidiana, que redefine lo posible (Osvaldo, 2023).
Además de trabajar con niños y jóvenes con discapacidad, Manrique ha llevado su modelo a comunidades rurales, escuelas públicas y barrios donde el acceso a equipos es mínimo. Con materiales reciclados y metodologías flexibles, adapta los talleres a entornos con infraestructura limitada, demostrando que la robótica puede llegar a donde no llegan las computadoras nuevas ni los kits importados. Este acercamiento genera entusiasmo, participación activa y sobre todo, una nueva forma de mirar la educación tecnológica como algo alcanzable y real (Argandoña, 2022).
En cada presentación pública, en cada entrevista televisiva, en cada feria donde los niños muestran sus robots, se reafirma una idea que guía todo el proyecto: la innovación no necesita lujo, solo necesita sentido. Hugo Manrique ha creado una robótica que abraza, que dialoga con las emociones y que se construye desde abajo. Y en esa propuesta, profundamente humana y creativa, está la clave de su impacto creciente (Borrero, 2022).
Cultura maker, futuro y transformación local
BOTS también es una expresión concreta de la cultura maker: aprender haciendo, equivocarse creando, imaginar mientras se construye. Pero en este caso, ese aprendizaje toma cuerpo en lo cotidiano, en lo comunitario. El taller es más que un espacio técnico: es una escuela de confianza. Aquí los objetos rotos reaprenden a vivir, y con ellos, los niños y niñas aprenden a creer en sus propias ideas. No hay tecnología inalcanzable cuando se parte de lo que se tiene. La filosofía es clara: no se necesita lo último, sino una mirada nueva, curiosa y valiente sobre lo viejo (Vértiz, 2019).
Esta experiencia, nacida entre cables, tornillos y circuitos reciclados, ya proyecta su expansión hacia colegios públicos, centros vecinales y espacios comunitarios que tradicionalmente han estado al margen del acceso a la tecnología. La meta es sencilla y poderosa: que ningún niño quede excluido por falta de recursos. Que una computadora rota, un teclado descartado o una carcasa olvidada puedan convertirse en puertas abiertas al conocimiento. Apostar por una robótica con identidad peruana es también apostar por una pedagogía basada en la dignidad y la posibilidad. La educación no debe depender de lo que se puede comprar, sino de lo que se puede imaginar (Vértiz, 2019).
El modelo ha ido tomando fuerza a través de su presencia en ferias tecnológicas, entrevistas televisivas y actividades públicas en distintas regiones del país. Cada taller realizado, cada robot armado por niños y jóvenes, suma un nuevo testimonio de que la educación técnica puede y debe ser inclusiva, sensible y ecológica. La emoción de una familia al ver que su hijo logra programar, la sonrisa de una niña que entiende cómo funciona un sensor de movimiento, o el asombro colectivo en una feria escolar al ver lo que se ha construido con desechos, son los verdaderos indicadores de impacto. Cada experiencia vivida fortalece el sueño de una transformación educativa desde abajo (Osvaldo, 2023).
Porque enseñar no es solo transferir saber: es acompañar, inspirar y abrir caminos. Y en el caso de BOTS, esos caminos se abren con herramientas sencillas, pero con una intención poderosa. La robótica, entendida como herramienta de creación social, ha dejado de ser un privilegio para convertirse en una posibilidad tangible, viva y afectiva. En cada pieza reutilizada y en cada historia compartida se revela una certeza: también desde lo pequeño y desde lo local se pueden construir futuros luminosos (Osvaldo, 2023).
Referencias
Argandoña, G. (9 de Enero de 2022). Ntv noticias. Obtenido de Smart Tronic presenta sus talleres de robotics reciclada lego y drone: https://www.youtube.com/watch?v=G_YaBg5jdsQ
Borrero, K. (19 de Setiembre de 2022). Edición sabatina. Obtenido de Feria tecnológica escolar: https://www.youtube.com/watch?v=3KMSwsSQTI0&t=7s
Osvaldo, A. (13 de Mayo de 2023). América hoy. Obtenido de Robots con material reciclado: https://www.youtube.com/watch?v=Ft3sxUBBxU8
Reategui, J. (27 de Enero de 2023). Economía Verde. Obtenido de LOS ROBOTS DE MATERIAL RECICLADO: https://www.youtube.com/watch?v=101ZW_u-svE
Vértiz, P. (16 de Setiembre de 2019). Día D. Obtenido de El resucitador de los aparatos electrónicos: https://www.youtube.com/watch?v=4rnc1Cp1eW4