Artículo de información

José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez

22 de febrero del 2024

Considerado un héroe trágico en la historia de Escocia, William Wallace encabezó la resistencia de su país frente al dominio inglés a finales del siglo XIII. Su figura ha sido envuelta tanto en hechos históricos como en el manto de la leyenda, representando la lucha por la independencia y libertad de su pueblo (Valdés Miyares, 2020).

Los principales hitos de su vida documentados señalan que William Wallace nació hacia 1270 en una familia noble escocesa. Tras la ocupación inglesa de Escocia en 1296, se erigió como líder rebelde organizando a las fuerzas que derrotaron al ejército inglés en la batalla del puente de Stirling en 1297. Obtuvo el título de «Guardián del reino de Escocia», ganando gran apoyo popular. Sin embargo, la resistencia fue finalmente derrotada por Eduardo I de Inglaterra, quien ejecutó a Wallace en 1305 acusado de traición. Su corta pero intensa vida inspiró la resistencia posterior que llevó a la independencia de Escocia (Valdés Miyares, 2020).

Los orígenes del héroe escocés William Wallace

Aunque existe cierta controversia sobre los inicios de vida de quien se convertiría en un ícono de la resistencia escocesa, la mayoría de las fuentes sitúan el lugar de origen de William Wallace en Elderslie, Renfrewshire, Escocia, alrededor de 1270. Provenía de una familia de la pequeña nobleza terrateniente escocesa, siendo su padre sir Malcolm Wallace de Elderslie. Su madre es mencionada en algunos registros como una mujer noble llamada Mirín, aunque hay pocos datos certeros al respecto en crónicas de la época (Falconer Murison, 2011).

En su temprana juventud William Wallace se habría educado en lengua francesa y latín, así como en historia, filosofía y teología por parte de tutores privados, gracias a la posición acomodada de su linaje. De acuerdo a crónicas posteriores, pronto habría mostrado gran interés y admiración por la figura de otro héroe escocés previo, William Wallace de Gargunnock, cuyas proezas bélicas conocía bien y lo habrían inspirado desde pequeño (Falconer Murison, 2011).

Más allá de estos breves apuntes poco certeros sobre su niñez y juventud temprana, la verdad es que no existen registros fidedignos ni evidencias claras sobre el origen y los primeros años del que posteriormente sería el famoso héroe y símbolo independentista Sir William Wallace. Gran parte de sus primeros años permanece en el territorio incierto de la leyenda más que corroborado por hechos concretos de su biografía (Falconer Murison, 2011).

Surgimiento de William Wallace en la rebeldía escocesa

Al promediar la década de 1290, Escocia se hallaba bajo dominio del rey inglés Eduardo I, quien aprovechó las disputas por el trono escocés para anexar el territorio a través de una invasión que incluyó la ejecución del líder rebelde Andrew Moray en 1291. Bajo ese contexto, las crónicas señalan que un joven William Wallace emergió como líder de grupos rebeldes escotos que comenzaron a realizar pequeñas escaramuzas y ataques de guerrilla contra las guarniciones inglesas en aldeas del centro y oeste (Ross, 1998).

Sin mayor experiencia militar previa que se conozca, Wallace fue ganando adeptos con sus incursiones, que según algunas fuentes fueron respondidas con represalias inglesas contra su familia y seres cercanos. Este tipo de agravios habrían aumentado el apoyo popular a su causa independentista. Para 1296 logró constituir una especie de ejército irregular con otros líderes rebeldes regionales, intensificando el hostigamiento al dominio inglés (Ross, 1998).

Tras la captura y decapitación del jefe rebelde Andrew Moray en agosto de 1297, el prestigio de William Wallace entre los escotos insurrectos se acrecentó sobremanera. Con Moray fuera de escena, Wallace tomó el mando único de las fuerzas rebeldes que, marginales y heterogéneas al inicio de su levantamiento, se habían fortalecido y consolidado luego de más de un año de lucha y escaramuzas contra un enemigo mejor pertrechado (Ross, 1998).

El fugaz apogeo rebelde de William Wallace

Luego de una serie de victoriosas incursiones y escaramuzas contra destacamentos ingleses durante 1296, la figura de William Wallace como líder rebelde escocés fue cobrando notoriedad y adeptos. Para agosto de 1297, con la ejecución del también comandante independentista Andrew Moray a manos inglesas, Wallace quedó como máxima figura de la resistencia escocesa. Hacia setiembre de ese año había logrado consolidar un ejército con apoyo de la pequeña nobleza y campesinos para enfrentar militarmente la dominación de Eduardo I (Mackay, 1996).

El punto culminante llegó el 11 de septiembre cuando las fuerzas de Wallace se enfrentaron y derrotaron, contra todo pronóstico, al ejército inglés en la batalla del Puente Stirling. Esta significativa victoria insufló aún más bríos a la causa independentista escocesa, consagrando el liderazgo carismático de Wallace. Poco después fue proclamado “Guardián de Escocia” asumiendo la jefatura política y militar. Su fama trascendió pronto las fronteras (Mackay, 1996).

Sin embargo, a fines de ese 1297 la suerte comenzaría a tornarse esquiva para el novel régimen escocés encabezado por Wallace. Sus intentos de obtener apoyo continental fracasaron y pronto el rey Eduardo I preparó la ofensiva final para sofocar la rebelión. Para julio de 1298 un gran ejército inglés invadió Edimburgo y derrotó estrepitosamente a las huestes rebeldes de Wallace en la batalla de Falkirk, forzándolo a dimitir de su cargo como Guardián y replegarse nuevamente a tácticas guerrilleras (Mackay, 1996).

Libertad entre las sombras: La guerrilla de Wallace tras la derrota

Incluso después de la derrota de las fuerzas escocesas en la Batalla de Falkirk en 1298, William Wallace continuó luchando por la independencia escocesa mediante tácticas de guerrilla y asaltos rápidos a destacamentos y convoys ingleses. Sabiendo que un enfrentamiento directo contra los mejor equipados ingleses era imposible, Wallace recurrió a emboscadas rápidas, ataques nocturnos por sorpresa y una estrategia de “golpear y correr” (Valdés Miyares, 2020).

Esta “sombra libertadora” como llegó a ser conocido por los ingleses, consiguió infligir daños y bajas al enemigo así como inspirar a más escoceses a unirse a la causa independentista. Incluso Edward Longshanks llegó a ofrecer una gran recompensa por la captura de Wallace, cuya sola mención aterrorizaba a la guarnición inglesa en Escocia (Valdés Miyares, 2020).

Sin embargo, tras años de guerra, traiciones entre la nobleza escocesa y la implacable persecución inglesa, el guardián de Escocia fue finalmente capturado en 1305, trayendo su lucha libertaria desde las sombras a su fin (Valdés Miyares, 2020).

El martirio del guardián de Escocia

Tras su captura en 1305 cerca de Glasgow, William Wallace fue rápidamente llevado a juicio en Londres acusado de traición a la corona inglesa. Vestido con una corona de laurel, simbolizando su papel como Guardián de Escocia, Wallace se negó a reconocer la autoridad inglesa. Se le declaró culpable de traición y condenado a la ejecución medieval estándar para criminales: ser colgado y descuartizado (Falconer Murison, 2011).

El 23 de agosto, fue llevado desnudo a través de las calles de Londres para ser exhibido frente a una multitud fastidiada. En el Cadalso se le puso una soga al cuello y fue izado en alto, pero antes de que pudiera asfixiarse lo bajaron para proceder con el descuartizamiento aún con vida. Finalmente, cuando sus entrañas fueron quemadas frente a él, Wallace al fin gritó “¡Libertad!” (Falconer Murison, 2011).

La brutal forma de ejecución, conocida como Hanged, Drawn and Quartered, era considerada deshonrosa y agonizante. Pretendía servir como un claro escarmiento público para disuadir más rebeliones contra el rey inglés. Sin embargo, lejos de desalentar la sed de independencia, el sacrificio de Wallace tuvo el efecto contrario. Su muerte despiadada a manos de los ingleses solo conseguiría finalmente encender con más fuerza la llama en los corazones escoceses y convertirlo en un poderoso mártir y símbolo eterno de la resistencia. Varias rebeliones siguieron tras su ejecución, inspirándose en su espíritu indoblegable, hasta que años después Escocia alcanzó su ansiada soberanía (Falconer Murison, 2011).

Referencias

Falconer Murison, A. (2011). William Wallace: Guardian of Scotland. Escocia: Dover Publications.

Mackay, J. (1996). William Wallace: Brave Heart. Irlanda: Mainstream Publishing.

Ross, D. R. (1998). On the Trail of William Wallace. Edinburgh: Luath Press Ltd .

Valdés Miyares, J. R. (19 de Agosto de 2020). Historia national geographic. Obtenido de William Wallace, el héroe trágico de Escocia: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/william-wallace-heroe-tragico-escocia_11826