Artículo de información
José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez
19 de febrero del 2025
El drive-in transformó la experiencia de ver películas durante más de dos décadas. La posibilidad de disfrutar del cine desde la comodidad del automóvil, con parlantes individuales y servicio de comida directo al vehículo, creó un formato que atrajo tanto a familias como a parejas jóvenes. Esta modalidad, que surgió en Estados Unidos y se expandió por diferentes países, representó una nueva forma de entretenimiento que combinaba dos elementos fundamentales de la época: el cine y el automóvil (Editor, 2020).
En Latinoamérica, esta experiencia adquirió características propias que la diferenciaron del modelo norteamericano. El caso del Drive-in de Lima, que operó entre 1953 y 1975, ejemplifica estas adaptaciones: una pantalla de veinte metros de altura, capacidad para ochocientos automóviles y la incorporación de espacios adicionales como el Club Neptuno, que ofrecía música en vivo, y una cafetería que se hizo famosa por sus salchichas. La historia de este formato, desde su surgimiento hasta su declive, revela los cambios en los hábitos de entretenimiento urbano y las transformaciones sociales de mediados del siglo XX (Editor, 2020).
Los inicios del drive-in y su expansión global
Richard Hollingshead Jr. desarrolló una idea que cambiaría la forma de ver cine durante décadas. El primer drive-in, inaugurado en junio de 1933 en Camden, Nueva Jersey, surgió de experimentos en el patio trasero de su casa, donde utilizó un proyector Kodak montado en el capó de su automóvil, sábanas entre árboles como pantalla y radios RCA para el sonido. Este formato inicial, que permitía a los espectadores ver películas desde la comodidad de sus vehículos, inauguró un nuevo concepto en la exhibición cinematográfica que se expandiría rápidamente por Estados Unidos (Editor, Star com, 2020).
La expansión del formato coincidió con el periodo de posguerra y el auge de la cultura del automóvil en Estados Unidos. Los suburbios crecientes, el baby boom y la prosperidad económica crearon las condiciones ideales para que el drive-in se convirtiera en un fenómeno cultural. Para 1958, el país contaba con más de 4,000 autocinemas, una cifra que refleja la masiva adopción de este formato de entretenimiento que combinaba la privacidad del automóvil con la experiencia social del cine (Editor, Star com, 2020).
La proyección de las películas requería desarrollos técnicos específicos para funcionar al aire libre. Los drive-in implementaron sistemas de audio individuales mediante pequeños altavoces que se enganchaban en las ventanas de los automóviles, pantallas gigantes resistentes a las condiciones climáticas y diseños de estacionamiento en pendiente que optimizaban la visibilidad. Estas innovaciones técnicas establecieron los estándares que serían replicados internacionalmente (Editor, Star com, 2020).
El modelo comenzó su expansión internacional a principios de la década de 1950, llegando primero a Canadá y luego a diversos países. En Latinoamérica, Panamá fue el primer territorio en adoptar el formato, seguido rápidamente por Perú, que inauguró el Drive-in de Lima en diciembre de 1953. Estas adaptaciones del modelo estadounidense comenzaron a mostrar variaciones significativas que respondían a las características culturales y sociales de cada región (Editor, Star com, 2020).
La adaptación y transformación del modelo drive-in
La implementación del Drive-in en Lima materializó una significativa adaptación del modelo estadounidense. El proyecto, con una inversión de cuatro millones de soles, ocupó un terreno estratégico de 11,550 metros cuadrados entre el antiguo aeropuerto de Córpac y el colegio San Agustín. La infraestructura, diseñada por el arquitecto Max Galli B. y ejecutada por el ingeniero Carlos Galli, integró innovaciones técnicas que incluían un écran de veinte metros y un sistema de rampas que permitía ubicar estratégicamente 800 vehículos, optimizando la visibilidad para cada espectador (Salas, 2020).
El análisis de la programación revela una transformación sustancial en la orientación del formato. Mientras el modelo estadounidense privilegiaba contenido orientado a un público juvenil, el Drive-in limeño desarrolló una identidad distintivamente familiar. Esta reorientación se manifestó en la selección de películas, predominantemente comedias y contenido general, con dos funciones nocturnas establecidas a las 7:15 p.m. y 9:30 p.m. La primera proyección, «Aventuras de un Humorista», estableció el tono que caracterizaría la programación durante sus 22 años de operación (Salas, 2020).
La incorporación de espacios complementarios expandió significativamente la función social del establecimiento. El Club Neptuno, ubicado estratégicamente bajo el écran, se convirtió en un centro de entretenimiento nocturno donde una orquesta de doce músicos amenizaba las veladas. Paralelamente, la cafetería desarrolló una reputación por sus ofertas gastronómicas, particularmente sus salchichas, mientras Chicolandia proporcionaba entretenimiento familiar mediante atracciones mecánicas y acuáticas (Salas, 2020).
Los registros documentales indican una transformación progresiva en los patrones de consumo cultural durante la década de 1960. La emergencia de nuevas tecnologías de exhibición cinematográfica, incluyendo pantallas de 70mm, Cinerama y sistemas Sensurround, comenzó a ejercer presión sobre el modelo tradicional del drive-in. Adicionalmente, la expansión de la televisión, iniciada en Lima en 1958, alteró fundamentalmente los hábitos de entretenimiento urbano, presagiando cambios significativos en la viabilidad comercial del formato (Salas, 2020).
El declive del formato: Transformación urbana y nuevas tecnologías
La década de 1970 marcó un período de transformaciones significativas para el Drive-in de Lima. La revalorización inmobiliaria de San Isidro como centro financiero emergente generó presiones económicas sobre el modelo operativo. El valor del terreno, inicialmente periférico, experimentó un incremento sustancial que cuestionó la viabilidad comercial del formato de exhibición al aire libre, especialmente considerando las limitaciones inherentes a la operación nocturna (COSAS, 2020).
Los avances tecnológicos en la exhibición cinematográfica introdujeron competencia directa al formato tradicional. La implementación de sistemas como el Cinerama, pantallas de 70mm y el sonido Sensurround ofrecían experiencias inmersivas que el autocinema no podía replicar. Paralelamente, la consolidación de la televisión como medio de entretenimiento masivo alteró fundamentalmente los patrones de consumo cultural, reduciendo progresivamente la asistencia a las funciones nocturnas (COSAS, 2020).
El análisis de la programación durante este período revela una disminución en la exhibición de estrenos cinematográficos. La última proyección, «La fiesta inolvidable» protagonizada por Peter Sellers en 1975, ejemplifica la transición hacia un contenido menos contemporáneo. Esta modificación en la oferta cinematográfica refleja las dificultades operativas y comerciales que enfrentaba el establecimiento (COSAS, 2020).
Los registros históricos documentan transformaciones significativas en las prácticas sociales asociadas al espacio. El Club Neptuno, que había funcionado como punto de encuentro social, experimentó una disminución progresiva en su actividad, mientras que la afluencia familiar a Chicolandia mostraba patrones decrecientes. Estos indicadores evidencian el desplazamiento de las preferencias de entretenimiento hacia nuevos formatos y espacios urbanos (COSAS, 2020).
El legado del Drive-in: Memoria y transformación cultural
El cierre del Drive-in en 1975 marcó el fin de una era significativa en el entretenimiento urbano limeño. La transformación del espacio en la sede de una institución bancaria simboliza las modificaciones estructurales en el paisaje urbano y los patrones de consumo cultural. Este proceso refleja cambios fundamentales en la sociedad peruana, donde innovadores formatos y centros comerciales suplantaron gradualmente las propuestas de la posguerra (Editor, 2020).
Los testimonios y documentos históricos evidencian la huella permanente del Drive-in en la memoria colectiva. Las crónicas describen un punto de encuentro social que superó la mera función de proyección fílmica. La fusión de elementos como cine familiar, espectáculos musicales y oferta gastronómica generó pautas de socialización que marcarían el desarrollo del entretenimiento urbano (Editor, 2020).
El resurgimiento momentáneo del autocinema durante la pandemia de COVID-19 en 2020 demuestra la vigencia de su esencia. La apertura de nuevos espacios como el YOY Lima Boxpark y Mall Plaza Bellavista materializó una versión moderna del concepto inicial, ajustada a las exigencias contemporáneas. Esta breve reavivación confirmó la flexibilidad del formato para satisfacer las necesidades de esparcimiento público en situaciones extraordinarias (PERÚ21, 2020).
La historia del Drive-in ejemplifica la evolución del ocio urbano en Latinoamérica durante el siglo XX. Su existencia marcó una época de experimentación con nuevos modelos de convivencia social y entretenimiento masivo, estableciendo referentes que continúan influyendo en la concepción de espacios recreativos contemporáneos (PERÚ21, 2020).
Referencias
COSAS, R. (20 de Setiembre de 2020). Cosas. Obtenido de Un viaje en el tiempo: Drive-In, el primer autocinema del Perú: https://cosas.pe/cultura/190551/drive-in-primer-autocinema-peru/
Editor. (11 de Agosto de 2020). Arkiv. Obtenido de ¡Vamos al Drive-In! (1953-1975): https://arkivperu.com/autocine-drive-in-1953-1975/
Editor. (24 de Swtiembre de 2020). Star com. Obtenido de Historia del autocine: https://starcom.es/historia-del-autocine/
PERÚ21, R. (29 de Diciembre de 2020). Perú21. Obtenido de El primer autocinema de Lima Norte empezará a funcionar el 8 de enero: https://peru21.pe/espectaculos/el-primer-autocinema-de-lima-norte-empezara-funcionar-el-8-de-enero-20201229161225/
Salas, A. (12 de Febrero de 2020). El Comercio. Obtenido de San Valentín: ¿cómo era y dónde quedaba el único autocinema de Lima?: https://elcomercio.pe/vamos/san-valentin-como-era-y-donde-quedaba-el-unico-autocinema-de-lima-noticia/