Artículo de información
José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez
4 de marzo del 2025
«La ciudad y los perros», estrenada en 1985, constituye un paradigma fundamental en la cinematografía peruana, representando la primera adaptación de gran envergadura de la obra de Mario Vargas Llosa. Dirigida por Francisco Lombardi, la película establece una representación crítica del Colegio Militar Leoncio Prado como microcosmos social donde coexisten dos sistemas normativos paralelos: el régimen castrense oficial y el orden informal establecido por los propios cadetes, configurando así una metáfora visual sobre las estructuras de poder en la sociedad peruana (del Águila, El Comercio, 2020).
El núcleo narrativo se estructura en torno a dos eventos desencadenantes: el robo de un examen de química y la posterior muerte del cadete apodado «El Esclavo» durante una práctica de tiro (Taype Calderón, 2020). Este incidente catalizador revela las dinámicas institucionales de encubrimiento y las complejas relaciones jerárquicas entre los personajes principales: «El Jaguar», «El Poeta» y el teniente Gamboa, cuya trayectoria representa la ambivalencia moral dentro del sistema disciplinario (Córdova Tábori, 2015).
Condiciones materiales de producción: Limitaciones y adaptaciones
La materialización cinematográfica de «La ciudad y los perros» se desarrolló bajo restricciones presupuestarias significativas, contando con aproximadamente 90,000 dólares, cifra que según fuentes alternativas ascendió a 225,000 dólares (Fundación BBVA, 2020). Esta inversión, aunque modesta para estándares internacionales, representó un compromiso económico considerable en el contexto de la producción cinematográfica peruana de los años ochenta, particularmente considerando la precariedad estructural de la industria durante este período (Lombardi, 2015).
La primera adaptación estratégica surgió ante la negativa institucional del Colegio Militar Leoncio Prado a facilitar sus instalaciones para el rodaje, obligando al equipo a implementar una transposición locativa hacia el Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación de Lima, conocido coloquialmente como «Maranguita» (Goya, 2020). Esta circunstancia productiva generó una coincidencia metafórica entre la crítica institucional expresada en la narrativa y la resistencia experimentada durante la producción, configurando un comentario implícito sobre las relaciones entre representación crítica e institucionalidad (Córdova Tábori, 2015).
Las condiciones de rodaje incorporaron elementos documentales no planificados que enriquecieron la dimensión sociológica del film. Bamonde (2020) documenta incidentes significativos, incluyendo el hallazgo de un cadáver durante la filmación y la participación de internos del centro como extras, generando una hibridación entre representación ficcional y registro documental. Estos factores contribuyeron a la dimensión testimonial del film, estableciendo un vínculo directo con la realidad social que buscaba representar metafóricamente a través de la narrativa adaptada (Goya, 2020).
El proceso productivo experimentó interrupciones significativas, incluyendo las dos fracturas de brazo sufridas por Gustavo Bueno durante el rodaje, lo que extendió el período de grabación a dos meses y medio (Lombardi, 2015). Estas circunstancias adversas, lejos de comprometer la integridad artística del proyecto, se integraron al proceso creativo, demostrando la capacidad adaptativa del equipo ante las limitaciones materiales y contribuyendo a la autenticidad de la representación (del Águila, El Comercio, 2020).
Metodología adaptativa: Del texto literario al lenguaje audiovisual
La transposición de la compleja estructura narrativa de la novela al lenguaje cinematográfico fue dirigida principalmente por José Watanabe, quien implementó una metodología selectiva fundamentada en criterios específicamente cinematográficos (BBVA, 2020). Esta aproximación priorizó la continuidad narrativa y la concentración dramática, reconfigurando significativamente la estructura temporal fragmentaria característica del texto original de Vargas Llosa (Lombardi, 2015).
Lombardi (2015) documenta la decisión consciente de «seguir las líneas de acción de la novela que ocurren en el presente y evitar los saltos al pasado», estableciendo así un principio ordenador que privilegia la eficacia narrativa cinematográfica sobre la fidelidad literal al texto. Esta reconfiguración estructural constituye un ejemplo paradigmático de adaptación funcional, donde la selección de elementos diegéticos responde primordialmente a las exigencias específicas del medio cinematográfico, evitando la sobresaturación informativa que habría resultado de un enfoque más enciclopédico (Taype Calderón, 2020).
La participación del propio Vargas Llosa en el proceso adaptativo revela la negociación entre visión literaria y requisitos cinematográficos. Según documenta Lombardi (2015), el autor no intervino directamente en la escritura del guion, pero solicitó revisar la versión final, legitimando la adaptación como «fiel al espíritu de la novela» mientras sugería eliminar una secuencia onírica por considerarla inconsistente con la lógica realista del relato. Esta intervención ejemplifica la tensión productiva entre la autoridad autoral y las necesidades específicas de la transposición mediática (del Águila, El Comercio, 2020).
Esta metodología adaptativa generó respuestas críticas diversas que reflejan diferentes concepciones sobre la relación entre literatura y cine. La observación del director teatral Edgar Saba sobre la ausencia de «la ciudad» en la adaptación ilustra las expectativas de completitud que frecuentemente se imponen sobre las adaptaciones cinematográficas (Córdova Tábori, 2015). Sin embargo, esta misma selectividad estructural constituye el fundamento de la eficacia narrativa del film, demostrando cómo la adaptación cinematográfica opera necesariamente mediante principios de selección, condensación y reconfiguración (BBVA, 2020).
Configuración actoral y construcción de personajes
La estrategia de casting implementada para «La ciudad y los perros» estableció un sistema representacional que integró actores con diversos grados de experiencia escénica, desde veteranos formados hasta completos debutantes (Córdova Tábori, 2015). Esta heterogeneidad experiencial no representó una limitación sino un recurso expresivo, configurando una correlación significativa entre la experiencia actoral y la posición jerárquica de los personajes dentro del universo diegético (Lombardi, 2015)
La documentación del proceso de selección revela la magnitud de la convocatoria: aproximadamente 300 candidatos fueron evaluados para constituir un elenco final de 40 actores (Bamonde, 2020). Esta amplia base de selección permitió una específica configuración tipológica de los personajes principales: Juan Manuel Ochoa como El Jaguar, Pablo Serra como El Poeta y Eduardo Adrianzén como El Esclavo, estableciendo posiciones arquetípicas dentro del sistema social representado que trascienden el conflicto individual para articular una representación de las estrategias de supervivencia en contextos institucionales normalizadores (Taype Calderón, 2020).
El componente generacional del elenco añadió dimensiones significativas a la representación: Miguel Iza, quien interpretó a Arróspide, tenía apenas 16 años durante el rodaje, mientras que actores como Aristóteles Picho y Gustavo Bueno aportaron mayor experiencia escénica (Bamonde, 2020). Esta estratificación etaria y experiencial refuerza la verosimilitud de las relaciones jerárquicas representadas, particularmente en las interacciones entre cadetes y oficiales, demostrando cómo decisiones aparentemente pragmáticas de casting adquieren dimensiones representacionales dentro del texto fílmico (BBVA, 2020).
La incorporación de elementos comunicativos específicos del ámbito militar enriqueció la construcción de los personajes. La célebre frase del teniente Gamboa («¿Qué me mira cadete, quiere que le regale una fotografía mía calato?»), no incluida originalmente en el guion, fue incorporada por Gustavo Bueno tras observarla en la interacción con un capitán que asesoró al elenco durante la preparación (Bamonde, 2020). Este proceso de apropiación orgánica de códigos comunicativos institucionales evidencia cómo la investigación contextual se integra al proceso creativo, reforzando la autenticidad sociocultural de la representación (Córdova Tábori, 2015).
Recepción crítica y posicionamiento en el campo cultural
La recepción inicial de «La ciudad y los perros» configuró un fenómeno cultural significativo que trascendió las expectativas convencionales para el cine peruano de la época. El estreno concurrente con producciones internacionales como «Amadeus» y «Testigo en peligro» no impidió que generara un considerable interés público, manifestado en la formación de largas filas en cines como el Pacífico, el Diamante y el Colmena (Córdova Tábori, 2015). Esta respuesta excepcional debe contextualizarse considerando la escasa producción cinematográfica nacional durante ese período, lo que amplificó el impacto cultural de esta adaptación (BBVA, 2020).
La legitimación internacional constituyó un factor determinante en la canonización crítica del film. La obtención de la Concha de Plata al Mejor Director en el Festival de San Sebastián, el premio a Mejor Película en el Festival de Biarritz y su selección para el Festival de Cannes establecieron una trayectoria excepcional para una producción latinoamericana de la época. Esta proyección internacional no solo validó las cualidades estéticas del film sino que contribuyó significativamente a redefinir las posibilidades del cine peruano en circuitos globales, estableciendo precedentes para producciones posteriores (Goya, 2020).
La persistencia cultural del film durante más de tres décadas confirma su condición canónica en la cinematografía peruana. Lombardi (2020) identifica como evidencia de esta continuidad el hecho de que «el público sigue asociando a Juan Manuel Ochoa con el Jaguar y a Gustavo Bueno con el teniente Gamboa», demostrando la eficacia representacional del sistema actoral configurado. Esta identificación prolongada indica que la construcción de personajes trasciende su función narrativa inmediata para constituirse en referentes culturales de amplio reconocimiento que codifican actitudes específicas ante sistemas de autoridad (del Águila, El Comercio, 2020).
El valor atribuido al film ha experimentado una evolución interpretativa significativa: inicialmente valorado primordialmente como adaptación literaria lograda, ha transitado hacia una apreciación como documento sociológico sobre instituciones disciplinarias y mecanismos de reproducción social específicos de la sociedad peruana (Fundación BBVA, 2020). Esta recontextualización demuestra la capacidad de determinados textos cinematográficos para adquirir significaciones adicionales mediante su inserción en nuevos marcos analíticos e interpretativos, confirmando su relevancia continuada más allá de su contexto inmediato de producción (Córdova Tábori, 2015).
Referencias
BBVA, F. (16 de Julio de 2020). Fundación BBVA. Obtenido de “La ciudad y los perros”, 35 años de un clásico peruano: https://fundacionbbva.pe/nota/la-ciudad-y-los-perros-35-anos-de-un-clasico-peruano/
Córdova Tábori, L. (El Comercio de Agosto de 2015). El Comercio. Obtenido de Los 30 años de la película ‘La ciudad y los perros’: https://elcomercio.pe/blog/huellasdigitales/2015/07/los-30-anos-de-la-pelicula-la-ciudad-y-los-perros/
del Águila, S. (14 de Marzo de 2020). El Comercio. Obtenido de “La ciudad y los perros”: un cadáver fue hallado en el set, la escena que Vargas Llosa no quiso y más secretos de la película: https://elcomercio.pe/luces/cine/la-ciudad-y-los-perros-un-cadaver-fue-hallado-en-el-set-mario-vargas-llosa-pidio-sacar-una-escena-y-otros-secretos-del-filme-secretosdetv-secretos-de-la-tv-gustavo-bueno-noticia/
del Águila, S. (14 de Marzo de 2020). El Comercio. Obtenido de “La ciudad y los perros”: un cadáver fue hallado en el set, la escena que Vargas Llosa no quiso y más secretos de la película: https://elcomercio.pe/luces/cine/la-ciudad-y-los-perros-un-cadaver-fue-hallado-en-el-set-mario-vargas-llosa-pidio-sacar-una-escena-y-otros-secretos-del-filme-secretosdetv-secretos-de-la-tv-gustavo-bueno-noticia/
Goya, D. (14 de Marzo de 2020). El Comercio. Obtenido de “La ciudad y los perros”, la elogiada película peruana cumple 35 años y revelamos detalles de su producción: https://elcomercio.pe/luces/cine/la-ciudad-y-los-perros-la-elogiada-pelicula-peruana-cumple-35-anos-y-revelamos-detalles-de-su-produccion-noticia/
Lombardi, F. (2015). Conversatorio en la Universidad de Lima. . Lima: Universidad de Lima.
Taype Calderón, A. F. (31 de Mayo de 2020). SENTIDO FÍLMICO. Obtenido de Francisco Lombardi – La ciudad y los perros (1985): https://sentidofilmico.com/2020/05/31/francisco-lombardi-la-ciudad-y-los-perros-1985/