Artículo de información
José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez
14 de diciembre del 2023
Zenón de Citio (334-262 a. C.) fue el fundador de la Escuela estoica, una de las corrientes filosóficas más influyentes de la antigüedad griega y romana. Nacido en Chipre, Zenón estudió otras doctrinas como el cinismo antes de fundar su propia escuela en Atenas hacia el 301 a.C.
Uno de los conceptos centrales desarrollados por Zenón dentro del sistema estoico de pensamiento fue la noción de «telos». Este término griego se puede traducir como «fin», «propósito» o «bien supremo». Para los estoicos, el telos representaba el objetivo último de la vida humana, aquello que daba sentido y dirección a nuestras acciones. En el presente artículo se analizará con más detalle la formulación zenoniana de este concepto vertebrador, estudando su significado original y las implicancias éticas de la búsqueda del telos dentro de la filosofía estoica temprana.
Historia
Zenón de Citio nació alrededor del año 334 a. C. en Chipre, isla situada en el mar Mediterráneo que por aquella época estaba bajo dominio griego. Su ciudad natal era Citio, antiguo asentamiento fenicio que para esa época conformaba uno de los reinos chipriotas más prósperos gracias a su actividad comercial. Zenón provenía de una familia acomodada dedicada al comercio, pero desde joven se sintió atraído por la filosofía (Laercio, 2002).
Inicialmente Zenón recibió educación en las materias tradicionales como retórica y literatura. Pero luego su interés creciente por la filosofía lo llevó a frequentar las enseñanzas de Crates de Tebas, un célebre filósofo cínico que se encontraba exiliado en Chipre. Los cínicos profesaban un modo de vida sencillo, regido por la virtud y la razón. Estas ideas calaron hondo en el joven Zenón (Laercio, 2002).
Tras varios años de formación junto a Crates, Zenón decidió trasladarse a Atenas alrededor del 312 a. C. para proseguir su educación filosófica. Una vez allí, estudió en las escuelas de diversos pensadores como Estilpón de Mégara y Jenócrates de la Academia. Pero al cabo de dos décadas Zenón terminaría fundando su propia escuela: el estoicismo, una de las corrientes filosóficas helenísticas más trascendentales (Laercio, 2002).
Estoicismo
Tras años de formación con diversos pensadores, Zenón de Citio decidió fundar su propia escuela filosófica en Atenas durante la primera mitad del siglo III a.C. En concreto, Zenón solía impartir sus enseñanzas en un pórtico o galería pública conocida como Stoa Poikile. De ahí deriva precisamente el término «estoicismo» como denominación de la corriente fundada por este pensador chipriota (Gómez Franco, 2013).
La escuela estoica bebía de varias fuentes eclécticas. Del cínico Crates, Zenón había asimilado el ideal de vida sencilla guiada por la razón y la naturaleza. De Heráclito, tomó la noción del Logos como principio racional universal. Y de Sócrates, la convicción de que una vida virtuosa era equivalente a una vida feliz. Estos elementos fueron fusionados por Zenón en un sistema filosófico nuevo e integrado (Deniz Machín, 2016).
Tras la muerte de su fundador, el estoicismo sería continuado por las enseñanzas de Cleantes de Asos y Crisipo de Soli. Gracias al rigor lógico de Crisipo y otros pensadores, el sistema estoico adquirió solidez y una formulación más depurada. Esto le permitió extender su influencia en el mundo helenístico, convirtiéndose junto al epicureísmo y el escepticismo en una de las escuelas dominantes de la filosofía antigua (Deniz Machín, 2016).
El concepto de «telos»
Para Zenón, el telos representaba el summum bonum o bien supremo que todo ser humano debe perseguir para alcanzar la felicidad y la vida lograda. Este concepto se insertaba dentro de la ética estoica, que situaba la virtud como el componente definitorio de la vida buena. Pero a diferencia de otros pensadores, los estoicos no veían la virtud como un fin en sí mismo, sino como el medio para conseguir un objetivo superior: el telos (Deniz Machín, 2016).
Según la doctrina estoica, cuando alcanzamos el telos nos hallamos en perfecta consonancia con el Logos universal, principio racional que gobierna el mundo. Se produce entonces un estado de tranquilidad imperturbable llamado apatía, donde el sabio estoico se libera de toda pasión irracional. De este modo, la búsqueda existencial del telos traía aparejado un componente cosmológico: sintonizarnos con las leyes eternas e inmutables de la Naturaleza (Deniz Machín, 2016).
Para concretar el telos en la práctica, los estoicos enumeraban una serie de deberes éticos y disciplinas espirituales. Entre ellos destacaban el autocontrol, la justicia, la templanza, la prudencia y la conformidad con el destino. Sólo interiorizando esas virtudes cardinales podía accederse al bien supremo que daba sentido teleológico a la existencia según la doctrina de Zenón (Deniz Machín, 2016).
La búsqueda de la virtud a través de la razón
El estoicismo fue una escuela filosófica fundada en el siglo III a. C. que enseñaba cómo alcanzar la felicidad mediante el uso de la razón para desarrollar la virtud y vivir en armonía con la naturaleza. Los estoicos creían que las pasiones como el miedo o la ira son producto de errores en el juicio, por lo que deben controlarse a través de la lógica (Redacción, 2018).
Esta escuela enfatizaba que solo la virtud es buena y el vicio, malo. Por tanto, la meta ética del ser humano debería ser la búsqueda incesante de la vida virtuosa, la única que garantiza la tranquilidad de espíritu. Esta vida virtuosa coincidía con vivir de acuerdo a la naturaleza humana racional, pues solo así podríamos desarrollarnos plenamente (Redacción, 2018).
Para los filósofos estoicos el universo estaba regido por un principio racional denominado «logos» que ordenaba todos los acontecimientos según leyes eternas e inmutables. El ser humano, como ser racional, participaba también de este «logos» universal. De ahí la importancia de vivir conforme al dictado de nuestra propia naturaleza racional interna (Redacción, 2018).
En definitiva, el estoicismo nos invitaba a usar la razón para comprender el orden subyacente del cosmos, controlar nuestras pasiones irracionales y así poder desarrollar una vida íntegra, autónoma y acorde a nuestra naturaleza humana profunda basada en la racionalidad. Solo esto nos traería la anhelada tranquilidad espiritual o «ataraxia» (Redacción, 2018).
Conclusión
En conclusión, la filosofía estoica fundada por Zenón de Citio en el siglo III a.C. legó a la posteridad un sistema de pensamiento íntegro y coherente, erigido sobre los pilares de la ética y la búsqueda de la vida virtuosa a través de la razón. Si bien han pasado más de 20 siglos desde las enseñanzas de Zenón en los pórticos de Atenas, muchos de los ideales estoicos siguen vigentes en nuestros días.
La noción del telos como propósito existencial, la importancia de controlar las pasiones mediante la lógica, el énfasis en vivir conforme a nuestra naturaleza racional profunda o la visión de la humanidad como parte de un cosmos regido por leyes eternas, son algunos de los valiosos legados del estoicismo que pueden enriquecer nuestras vidas incluso en la contemporaneidad.
Por todo ello, bien vale la pena rescatar del olvido las enseñanzas de esta milenaria escuela filosófica que nos invita a cultivar nuestras facultades racionales, desarrollar nuestro carácter ético y aprender a fluir en armoniosa consonancia con el orden natural de las cosas. Si logramos interiorizar esos ideales en nuestro fuero interno, sin duda estaremos más cerca de alcanzar esa anhelada ataraxia o imperturbabilidad anímica que los antiguos estoicos denominaron como el summum bonum, el bien supremo de la existencia.
Referencias
Deniz Machín, D. (Diciembre de 2016). Scielo. Obtenido de El alma o de la posibilidad de palparse con el mundo. Cosmobiología y facultades cognitivas en Zenón de Citio: http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-43242016000200005&lng=es&nrm=iso&tlng=es
Gómez Franco, G. (2013). Zenón de Citio y la definición del télos estoico. Revista Légein N° 17, 71 – 86.
Laercio, D. (2002). Vidas de filosofos ilustres. Barcelona: OMEGA.
Redacción. (29 de Diciembre de 2018). BBC. Obtenido de Qué es el estoicismo, la filosofía de 2.000 años de antigüedad que se usa para sobrevivir al caos: https://www.bbc.com/mundo/noticias-46587528