Artículo de información
José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez
13 de mayo del 2025
En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) se ha vuelto una palabra común en conversaciones, noticias y hasta en el entretenimiento. Sin embargo, para muchas personas sigue siendo un concepto misterioso, asociado con robots de películas o máquinas que piensan solas. Esta confusión ha generado temores, expectativas desmedidas y, sobre todo, una gran necesidad de comprender desde lo más básico qué es la inteligencia artificial, cómo se ha desarrollado y de qué manera afecta nuestras vidas. No hace falta ser programador ni experto en tecnología para entenderlo: la IA está ya integrada en nuestras rutinas diarias, desde nuestros teléfonos hasta nuestras búsquedas en internet.
Desde 2020 hasta hoy, la evolución de esta tecnología ha sido vertiginosa. En solo cinco años pasamos de ver simples asistentes virtuales que respondían con frases predefinidas a plataformas que redactan textos completos, generan imágenes realistas y hasta responden de forma creativa a preguntas complejas. Esta transformación, muchas veces invisible para el usuario común, es una de las revoluciones más importantes de nuestro tiempo. Por ello, es esencial explicar sus fundamentos de forma clara y accesible, con ejemplos reales y con un lenguaje cercano que permita a cualquiera entender cómo funciona esta poderosa herramienta.
¿Qué es realmente la inteligencia artificial?
La inteligencia artificial es un conjunto de técnicas que permiten a las máquinas realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como reconocer imágenes, entender lenguaje, tomar decisiones o aprender con la experiencia. A diferencia de los programas tradicionales que siguen instrucciones fijas, la IA puede adaptarse a nuevas situaciones a partir de los datos que recibe. Esto significa que no solo ejecuta, sino que mejora con el tiempo gracias al análisis de patrones y la retroalimentación (OpenAI, 2022).
Un ejemplo sencillo para entender la IA es pensar en un niño que aprende a identificar frutas. Primero le muestran muchas imágenes de manzanas, plátanos y naranjas. Con el tiempo, el niño aprende a distinguir cada una incluso si cambian de forma o color. Lo mismo hace un sistema de inteligencia artificial, solo que en lugar de un cerebro humano usa algoritmos que procesan millones de ejemplos digitales. Así, puede aprender a reconocer rostros, traducir idiomas o detectar enfermedades en imágenes médicas (Metz, 2023).
Existen diferentes tipos de IA. La más común es la IA débil, que está diseñada para tareas específicas, como los asistentes de voz. Luego está la IA general, aún en desarrollo, que buscaría replicar la inteligencia humana en su totalidad. También se habla de IA generativa, capaz de crear contenido nuevo, como texto, música o imágenes, a partir de simples instrucciones. Esta última ha ganado protagonismo por su capacidad de transformar la forma en que trabajamos, aprendemos y nos comunicamos (Winsor, 2022).
Aunque parezca algo moderno, la IA no es nueva. Su origen se remonta a mediados del siglo XX, cuando los científicos soñaban con construir máquinas que pudieran razonar. Pero recién en los últimos diez años, y especialmente desde 2020, la combinación de poder computacional, grandes volúmenes de datos y nuevos algoritmos permitió que esas ideas pasaran del papel a la realidad cotidiana. Hoy, muchos usamos IA sin darnos cuenta cada vez que interactuamos con una aplicación inteligente (Knight, 2023).
¿Cómo ha cambiado la IA desde el 2020?
En 2020, las inteligencias artificiales más conocidas eran asistentes como Siri o Alexa, útiles pero limitadas. También se usaban algoritmos de recomendación en Netflix, YouTube o Amazon, que analizaban nuestros gustos para ofrecernos contenido. Sin embargo, la verdadera revolución empezó con la IA generativa, una nueva rama que permite a las máquinas crear cosas que no existían antes: historias, ilustraciones, canciones y más, todo a partir de simples indicaciones humanas (OpenAI, 2022).
Uno de los momentos clave fue la aparición de modelos de lenguaje como GPT-3, capaces de escribir ensayos, responder preguntas complejas o incluso simular conversaciones humanas. Estos sistemas marcaron un antes y un después al demostrar que las máquinas podían no solo procesar información, sino también generar contenido de forma sorprendentemente coherente y fluida. Esto abrió el camino a nuevas aplicaciones en educación, redacción, programación y atención al cliente (Winsor, 2022).
A partir de 2022, se masificaron herramientas como DALL·E y Midjourney, que permitieron a millones de personas generar imágenes detalladas a partir de texto. La democratización de estas plataformas hizo que muchos usuarios, sin conocimientos técnicos, pudieran acceder a recursos antes reservados a expertos en diseño o animación. Lo mismo ocurrió en otras áreas como la música, el doblaje de voz o la edición de video, ampliando las posibilidades creativas y productivas en todo el mundo (Metz, 2023).
Además, la IA ha avanzado en campos críticos como la salud, la ciencia y la robótica. Por ejemplo, se han desarrollado modelos que predicen enfermedades antes de que aparezcan síntomas visibles o que ayudan en la investigación de nuevos medicamentos. En el campo educativo, se han creado tutores virtuales personalizados que ajustan el contenido a cada estudiante. Estos avances reflejan el enorme potencial que la IA tiene para transformar no solo la productividad, sino también la calidad de vida de las personas (General for Communication, 2024).
¿Dónde está presente la IA en nuestra vida diaria?
Aunque muchos piensan que la IA es algo lejano, en realidad está en casi todos los dispositivos modernos. Cuando escribes un mensaje y el teclado sugiere la siguiente palabra, cuando una aplicación traduce una conversación al instante o cuando las redes sociales filtran contenido según tus intereses, todo eso es producto de la inteligencia artificial. Estos sistemas no son mágicos: funcionan porque han sido entrenados con millones de datos reales que les permiten anticipar comportamientos humanos (Metz, 2023).
En el transporte, la IA ya asiste a los conductores con frenos automáticos, detección de peatones y control de velocidad inteligente. Incluso algunos autos modernos pueden manejar solos en ciertas condiciones, usando sensores y algoritmos de visión artificial. En casa, los electrodomésticos conectados aprenden nuestras rutinas, como ajustar la temperatura o encender luces a horarios específicos, y en la banca, los sistemas detectan posibles fraudes en tiempo real al comparar miles de transacciones por segundo (Knight, 2023)
También ha cambiado la forma en que trabajamos. Herramientas como ChatGPT ayudan a redactar correos, crear ideas para contenidos o analizar textos. En diseño gráfico, las IA ayudan a generar bocetos o logotipos de forma automatizada. Incluso los periodistas han comenzado a usar estas plataformas para organizar entrevistas o crear borradores de artículos, ahorrando tiempo sin perder calidad. Así, la IA ha dejado de ser una curiosidad para convertirse en un colaborador más en muchos entornos profesionales (OpenAI, 2022).
Pero más allá de la tecnología, su impacto cultural también es profundo. Ahora los niños crecen rodeados de dispositivos que responden por voz, y muchas personas mayores han aprendido a usar aplicaciones con interfaces más amigables gracias a la IA. Esto demuestra que la inteligencia artificial no solo transforma industrias, sino también nuestras relaciones con el conocimiento, el ocio y la creatividad, haciendo que cada vez más personas se acerquen a ella sin miedo (Winsor, 2022).
¿Es peligrosa la inteligencia artificial?
Una de las grandes preocupaciones en torno a la IA es la posibilidad de que reemplace a los humanos en el trabajo. Aunque algunos oficios podrían verse afectados por la automatización, muchos otros se transformarán o requerirán nuevas habilidades. No se trata de una sustitución total, sino de un cambio en la manera en que hacemos las cosas. Por eso es tan importante formar a las nuevas generaciones para convivir con estas herramientas y aprovecharlas de forma creativa y ética (General for Communication, 2024).
También hay riesgos vinculados al mal uso de la tecnología. Por ejemplo, la generación de noticias falsas con imágenes o voces falsas puede ser utilizada para engañar. De ahí la importancia de establecer marcos legales y éticos que regulen estas herramientas. La Unión Europea, por ejemplo, ha sido pionera al proponer leyes que obligan a las empresas a transparentar cómo funcionan sus sistemas de IA y proteger los derechos de los ciudadanos frente a los algoritmos (General for Communication, 2024).
Otro desafío es el sesgo. Si una IA se entrena con datos discriminatorios, sus respuestas pueden reflejar prejuicios. Esto ya ha ocurrido en sistemas de contratación laboral o de justicia predictiva, donde las decisiones tomadas por algoritmos han sido injustas. Para evitarlo, cada vez más empresas están incluyendo equipos diversos y procesos de verificación para asegurarse de que sus herramientas sean inclusivas y respetuosas de los derechos humanos (Knight, 2023).
A pesar de estos desafíos, la IA no debe ser vista como una amenaza incontrolable, sino como una herramienta que está en nuestras manos dirigir. Su futuro dependerá del equilibrio entre innovación, regulación y educación. Comprender sus principios y aprender a usarla con criterio es el primer paso para convivir con ella de manera segura, ética y provechosa para toda la sociedad (Metz, 2023).
Referencias
General for Communication, D. (1 de Agosto de 2024). Commission. Obtenido de AI Act enters into force: https://commission.europa.eu/news/ai-act-enters-force-2024-08-01_en
Knight, W. (23 de Agosto de 2023). Wired. Obtenido de Where the AI art boom came from—and where it’s going: https://www.wired.com/gallery/where-the-ai-art-boom-came-from-and-where-its-going/
Metz, C. (12 de Junio de 2023). Technology review. Obtenido de AI is infiltrating every corner of your life.: https://www.technologyreview.com/2023/06/12/1075079/ai-in-everyday-life/
OpenAI. (30 de Noviembre de 2022). Opena. Obtenido de Presentamos ChatGPT: https://openai.com/es-419/index/chatgpt/
Winsor, J. (29 de Agosto de 2022). Forbes. Obtenido de The Rise of Generative AI: A New Frontier in Staffing: https://www.forbes.com/sites/johnwinsor/2024/08/29/the-rise-of-generative-ai-a-new-frontier-in-staffing/