Artículo de información

José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez

31 de enero del 2024

Los anillos han estado presentes en el imaginario humano desde tiempos ancestrales, no sólo como objetos decorativos, sino también como portadores de un profundo simbolismo. En muchas culturas se les han atribuido poderes mágicos o propiedades que trascienden lo ordinario. La literatura está poblada de anillos legendarios capaces de otorgar dones extraordinarios o influir decisivamente en el destino de quienes los portan.

Más allá de famosas fantasías modernas, encontramos referencias a míticos anillos en las historias y los mitos de la Antigüedad. El filósofo griego Platón nos habla del anillo de Giges, capaz de volver invisible a quien lo lleva. El rey Salomón habría utilizado un prodigioso anillo con el nombre de Dios para controlar demonios y realizar hazañas imposibles. Incluso en ceremonias y rituales contemporáneos como las bodas, los anillos perpetúan su capacidad de simbolizar lazos profundos. A través de algunas de estas legendarias narrativas, reconocemos el aura de misterio, fascinación y poder que ha acompañado a los anillos en el imaginario colectivo a lo largo del tiempo (Cortina, 2014).

Los anillos de Giges

El mito del pastorcito Giges y su anillo mágico que le concede el don de la invisibilidad ha fascinado a pensadores desde la antigüedad. Según narra el filósofo griego Platón, Giges usa el poder de su sortija para seducira a la reina, conspirar contra el rey y hacerse con el trono, pudiendo salir impune de crímenes al estar oculto a la vista de todos (Consalud, 2023).

A partir de este relato, Platón reflexiona sobre la naturaleza moral del ser humano y si necesitamos creer que alguien nos observa para obrar bien, o si por el contrario tenemos un auténtico sentido de la justicia. Si tuviéramos la invisibilidad de Giges, ¿nos corromperíamos inevitablemente con el tiempo? (Consalud, 2023)

Platón concluye con gran perspicacia que la virtud no se sostiene sobre el frágil pilar del temor al castigo o la vigilancia exterior, sino que requiere motivos internos, confiando en que el hombre puede aspirar a metas superiores como la belleza de la sabiduría y la templanza. Nuestro mayor juez debe ser la propia conciencia (Consalud, 2023).

El mito nos invita así a una honda introspección sobre nuestros auténticos ideales éticos cuando nadie nos observa, y sobre la importancia de cultivar motivos internos para obrar bien, más allá de coacciones o apariencias externas. Una lección moral muy pertinente en cualquier era (Consalud, 2023).

El anillo del Rey Salomón: Reliquia legendaria de poderes arcanos

Las antiguas escrituras hebreas cuentan que el rey Salomón poseía un anillo con grabados místicos que le conferían asombrosos poderes mágicos. Más allá de ser una simple joya, esta reliquia se habría convertido para Salomón en un talismán capaz de doblegar demonios y alterar las leyes naturales en su beneficio (Tuya, 2022).

Según los relatos, Salomón habría empleado el gran poder oculto de su anillo para invocar y controlar entidades sobrenaturales, forzándolas a contribuir en sus ambiciosos proyectos de construcción, en especial el Primer Templo de Jerusalén (Tuya, 2022).

Algunas fuentes señalan que el sello de Salomón incorporaba símbolos cabalísticos como el tetragrámaton, que amplificaban su capacidad de conjurar espíritus rebeldes. De esta forma, el rey pudo completar su suntuoso templo gracias al trabajo de los yinn, seres interdimensionales sujetos al embrujo de su sortija (Tuya, 2022).

Si bien estas son leyendas antiguas, lo cierto es que han trascendido los siglos e inspirado numerosas obras ficticias en torno a esta reliquia arcana de fantásticos dones atribuida al hijo del rey David. Su místico aura permanece así incólume en nuestra imaginación colectiva (Tuya, 2022).

Draupnir: El anillo forjado por enanos

Draupnir es un anillo mágico de la mitología nórdica, que fue elaborado por los enanos Eitri y Brokkr, conocidos herreros capaces de crear objetos asombrosos. Su creación fue parte de una apuesta con Loki, quien había retado su habilidad ante los dioses (Page, 1992).

Para demostrar su maestría, los enanos forjaron el Draupnir, un anillo de oro con la propiedad mágica de multiplicarse por sí solo, produciendo otras ocho réplicas idénticas cada nueve noches. Esto lo convertía en una fuente inagotable de riqueza material para quien lo poseyera (Tuya, 2022).

Los dioses quedaron maravillados con el Draupnir y se lo dieron a Odín como compensación tras la trampa de Loki que le había hecho perder una apuesta. Odín gustoso aceptó el anillo y pasó a formar parte de sus posesiones más preciadas (Page, 1992).

El Draupnir es así un símbolo del inmenso talento de los enanos para producir tesoros y reliquias que desafían a la naturaleza, cuya historia perdura en las leyendas que explican el origen de algunos de los objetos más portentosos de los dioses nórdicos (Page, 1992).

El Anillo de los Nibelungos

En la mitología nórdica, se habla de un poderoso anillo forjado por enanos maestros llamado el Anillo de los Nibelungos. Este anillo mágico estaba hecho de un oro especial extraído de las profundidades de la tierra y tenía grabados intrincados con runas antiguas que amplificaban su poder (Simek, 1984).

Según la leyenda, el Anillo de los Nibelungos fue inicialmente robado del enano Alberich, el Rey de los Nibelungos, por el dios Wotan. El anillo otorgaba a su portador el dominio sobre todo lo existente, pero también llevaba una maldición de avaricia y traición. Wotan lo regaló luego al gigante Fafner, quien se transformó en dragón para proteger el anillo (Simek, 1984).

Eventualmente, el héroe Sigfrido mató a Fafner y tomó el anillo, ganando así fama y renombre. Pero el anillo atrajo la envidia de muchos, lo que llevó a la muerte de Sigfrido. El anillo pasó entonces por varias manos, trayendo ruina a quien lo poseyera, hasta que fue finalmente devuelto al Rin por Brünnhilde (Simek, 1984).

El poder ambiguo de los anillos mágicos

Los diversos relatos sobre anillos legendarios tienen en común conferir a estas joyas un aura de misterio y un poder que trasciende lo ordinario. Ya sea volver invisible a su portador como el anillo de Giges, conjurar demonios como el de Salomón o multiplicar riquezas como el Draupnir, estos anillos simbolizan capacidades extraordinarias (Cortina, 2014).

Sin embargo, muchas narraciones advierten también sobre una dualidad en ese poder, que tanto puede corromper como elevar la condición humana. El anillo maldito de los Nibelungos encarna esa advertencia al sembrar traición y muerte entre quienes ambicionan su posesión (Cortina, 2014).

Los anillos operan así en el imaginario colectivo como símbolos del libre albedrío para elegir entre el bien y el mal, recordándonos que el verdadero poder radica en forjar ideales éticos duraderos. Más que objetos, son espejos de nuestra compleja naturaleza moral (Simek, 1984).

Referencias

Consalud, M. (16 de Febrero de 2023). Mejor consalud. Obtenido de Importante lección de Platón con la historia del anillo de Giges: https://mejorconsalud.as.com/importante-leccion-platon-historia-anillo-giges/

Cortina, A. (7 de Setiembre de 2014). El país. Obtenido de El anillo de Giges: https://elpais.com/smoda/placeres/el-anillo-de-giges-por-adela-cortina.html

Page, R. I. (1992). Mitos nórdicos . Madrid: Ediciones Akal.

Simek, R. (1984). Diccionario de Mitología Nórdica. Barcelona: Editorial Acme.

Tuya, M. (27 de Agosto de 2022). 20 minutos. Obtenido de El anillo del rey Salomón: https://www.20minutos.es/noticia/5044791/0/el-anillo-del-rey-salomon/