Artículo de opinión
José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez
9 de enero del 2024
El Arzobispado del Cusco tiene una rica e importante historia que se remonta a los tiempos del imperio incaico. La diócesis del Cusco fue una de las primeras en establecerse en el continente americano por los españoles, teniendo un rol fundamental en la evangelización durante la época virreinal.
Desde su fundación en 1536, el Arzobispado del Cusco ha sido testigo de grandes cambios históricos, culturales y sociales. Su majestuosa Catedral es considerada una joya arquitectónica del americano colonial. A lo largo de los siglos, destacados obispos y arzobispos dejaron su huella en esta diócesis, contribuyendo al desarrollo religioso y educativo de la región del Cusco. El Arzobispado también sufrió las consecuencias de terremotos, reconstruyéndose para seguir cumpliendo su labor pastoral. Hoy en día, el Arzobispado del Cusco continúa desempeñando un papel central en la vida cristiana del sur peruano.
Fundación de la Diócesis (1537)
La comitiva de Pizarro y Diego de Almagro llegó a la antigua capital del imperio inca, el 15 de noviembre de 1533, celebrándose al día siguiente la primera Misa católica en la región. Ante la necesidad de organizar mejor la evangelización, Francisco Pizarro solicitó a la Corona española la creación de un obispado en la ciudad del Cusco (Cucho Dolmos, 2020).
El 13 de enero de 1536, el Papa Paulo III erige la Diócesis del Cusco, como sufragánea de Sevilla. Pero no fue hasta el 8 de enero de 1537 que el Papa especificó claramente los límites territoriales de la nueva diócesis, aclarando también su vínculo con la Archidiócesis de Sevilla (Cucho Dolmos, 2020).
Primer Obispo y Demarcación Original
El 8 de enero de 1537, el Papa Paulo III preconizó como primer obispo de la Diócesis de Cusco a Fray Vicente de Valverde. En sus inicios, la jurisdicción de la diócesis abarcaba desde el sur de la actual Colombia hasta la Tierra del Fuego en Chile. Hacia el oriente llegaba hasta donde se extendía el dominio español, teniendo como límite occidental el Océano Pacífico (Cucho Dolmos, 2020).
Fray Vicente de Valverde fue consagrado en 1538, llegando ese mismo año a su diócesis. Estableció el Cabildo Eclesiástico e inició la construcción de la primera Catedral. Le sucedió fray Juan Solano, O.P., quien trazó los planos para una nueva Catedral en 1550 y redactó los primeros Estatutos del Cabildo Catedralicio en 1549 (Cucho Dolmos, 2020).
En el siglo XVII destaca don Antonio de la Raya, fundador del Seminario de San Antonio Abad en 1598 y convocante de un Sínodo Diocesano. También sobresale don Juan Alonso Ocón, con 30 años al frente de la diócesis siendo uno los obispos de mayor permanencia (Cucho Dolmos, 2020)..
La Catedral del Cusco, centro religioso y monumental
La construcción de la Catedral del Cusco se inició en 1560, durante el obispado de fray Juan Solano, sobre los cimientos del antiguo palacio incaico de Viracocha. Se buscó erigir una gran catedral acorde a la importancia que tenía el Cusco como cabeza de la extensa diócesis surandina (Editor, 2022).
La primera piedra se colocó en 1560 y la obra avanzó lentamente debido a dificultades técnicas y falta de recursos. La nave central se concluyó en 1664. En 1680, el obispo Manuel de Mollinedo y Angulo impulsó la finalización del crucero y se construyeron las torres (Editor, 2022).
El terremoto de 1650 dañó severamente la Catedral, lo que obligó a una reconstrucción integral durante el obispado de Pedro de Ortega Sotomayor, quien le dio la forma actual al templo catedralicio. La fachada principal de piedra sigue los cánones del renacimiento español, con columnas salomónicas y decoración plateresca (Editor, 2022).
En su interior, la Catedral alberga importantes obras de arte virreinal como lienzos cusqueños, esculturas, un coro magníficamente tallado y el retablo mayor churrigueresco revestido en pan de oro. La Catedral resguarda también piezas de orfebrería religiosa como custodias de oro y plata que datan de los siglos XVI y XVII (Editor, 2022).
Terremoto de 1650: la Catedral résiste el mayor sismo colonial
El 31 de marzo de 1650, un terrible terremoto asoló Cusco y sus alrededores. Considerado el sismo más devastador que sufrió la ciudad en la época virreinal, este terremoto destruyó un tercio de todas las viviendas y provocó cientos de muertos. La Catedral no escapó a los embates sísmicos (Editor, Cusco mania, 2018).
El movimiento telúrico agrietó muros y columnas del templo. Asimismo, la torre quedó inclinada, amenazando con un posible derrumbe. Se necesitaron largos años para reparar los daños, reforzar la estructura y evitar la caída de la torre. A pesar de la violencia del sismo, la Catedral demostró nuevamente su capacidad de resistencia ante la siempre poderosa furia de la naturaleza en una región altamente sísmica (Editor, Cusco mania, 2018).
El terremoto de 1950 y la Catedral del Cusco
El fuerte sismo que sacudió la ciudad del Cusco el 21 de mayo de 1950 causó serios daños en la Catedral, el más importante templo católico de la antigua capital inca. Construida sobre los cimientos del palacio de Huayna Cápac, la Catedral empezó a edificarse en 1560 y sufrió las consecuencias de los terremotos de 1650 y 1950 (Silgado, 1952).
Durante el movimiento telúrico de 1950, se produjeron grietas en los muros y pilares de la Catedral. Algunos sillares de piedra se fracturaron o se desquiciaron de sus sitios originales. Partes de los arcos y bóvedas de ladrillo también colapsaron. El desplome parcial de la torre izquierda evidenció la vulnerabilidad de la pesada estructura ante los sismos (Silgado, 1952).
Si bien la Catedral no colapsó totalmente, el terremoto puso en evidencia la urgencia de reforzar la vetusta construcción. Las labores de restauración emprendidas luego del sismo permitieron salvar este valioso patrimonio arquitectónico virreinal, insignia de la presencia católica en los Andes. La monumental Catedral sigue en pie, desafiando el paso de los siglos y la furia de los sismos que periódicamente sacuden la región (Silgado, 1952).
El terremoto de 1950 demostró que incluso las grandes construcciones de piedra del Cusco eran vulnerables ante los movimientos sísmicos. Por ello, se requieren constantes labores de mantenimiento y refuerzo estructural para preservar este rico legado arquitectónico de los tiempos virreinales, y prepararlo para resistir futuros embates sísmicos (Silgado, 1952).
De esta manera, la actividad sísmica del Cusco ha afectado repetidamente a la Catedral desde la época colonial. Grietas, derrumbes parciales y necesidad de reforzar su estructura han sido una constante en este histórico templo que, no obstante, se mantiene en pie desafiando el paso del tiempo.
La Diócesis del Cusco: casi cinco siglos de historia
La Diócesis del Cusco fue una de las primeras erigidas en América hispana. A lo largo de casi cinco siglos ha cumplido una imprescindible labor evangelizadora y pastoral. Su historia está íntimamente ligada a los grandes procesos y acontecimientos que marcaron el desarrollo religioso, social y cultural del sur peruano desde épocas virreinales.
La majestuosa Catedral del Cusco condensa buena parte de esa rica historia diocesana. Templo y monumento a la vez, su fábrica soportó terremotos y reconstrucciones, albergando joyas del arte virreinal americano. La Diócesis y su Catedral continúan hoy desempeñando un rol central en la difusión y conservación de ese legado histórico a la vez que prosiguen su misión evangelizadora iniciada hace casi cinco siglos.
Referencias
Cucho Dolmos, P. E. (3 de Agosto de 2020). Arzobispado del Cusco. Obtenido de Breve Reseña Histórica por los 475 Años de Creación de la Diócesis del Cusco: https://www.arzobispadodelcusco.org/contenidos/menus/el-arzobispado-historia.html
Editor. (11 de Noviembre de 2018). Cusco mania. Obtenido de El terremoto del Cusco del 31 de marzo de 1650: https://www.cuscomania.com/blog/cultura/terremoto-del-cusco-del-31-marzo-1650.html
Editor. (31 de Octubre de 2022). Inkan milky way. Obtenido de La Catedral del Cusco: https://www.inkanmilkyway.com/es/blog/catedral-del-cusco/
Silgado, E. ,. (1952). El terremoto del cuzco del 21 de mayo de 1950. Boletín del Instituto Nacional de Investigación y Fomento Minero, v.2, n.4, 37 – 49.