Artículo de información

José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez

20 de noviembre del 2023

Alan Turing fue una de las mentes científicas más brillantes del siglo XX, cuya influencia en el desarrollo de la computación moderna es innegable. Durante la Segunda Guerra Mundial, Turing tuvo un rol esencial descifrando los códigos secretos nazis, lo que permitió a los Aliados obtener una ventaja crucial. Antes de la guerra, en 1936, Turing ya había concebido la idea de una máquina computadora universal que pudiera ser programada para resolver cualquier problema matemático. Esta visión sentó las bases para el desarrollo de las computadoras digitales tal como las conocemos hoy (Domenech, 2015).

Tras la guerra, Turing se dedicó a construir una de las primeras computadoras programables, ayudando así a convertir su concepción teórica en realidad. Si bien su máquina quedó rápidamente obsoleta, como suele ocurrir en el vertiginoso mundo de la tecnología, la importancia de su invento es inconmensurable. Turing demostró la viabilidad de crear máquinas capaces de resolver problemas complejos de forma automatizada mediante programas. Esto abrió las puertas al desarrollo exponencial de la informática tal como la conocemos hoy (Domenech, 2015).

A pesar de su brillantez, Turing sufrió una gran injusticia al ser condenado en 1952 por su homosexualidad, lo que lo llevó a someterse a una castración química. Dos años más tarde se suicidó, poniendo así un trágico final a una de las mentes más innovadoras de la historia. No fue hasta 2014 que la reina Isabel II le otorgó un perdón póstumo, reconociendo tardíamente su invaluable contribución a la ciencia y a la causa aliada durante la guerra (Domenech, 2015).

Historia

Alan Mathison Turing nació en 1912 en Londres, hijo de Julius y Ethel Turing. Desde pequeño demostró una gran inteligencia y afición por la ciencia, que lo llevó a realizar experimentos químicos en su casa. Su talento innato para las matemáticas y la resolución de problemas complejos se hizo evidente cuando a los 16 años resolvió la obra “Principia Mathematica” de Bertrand Russell y Alfred North Whitehead (Sadurní, 2023).

En 1931 ingresó al King’s College de Cambridge para estudiar matemáticas. Allí conoció a Christopher Morcom, con quien entabló una gran amistad que lo marcó profundamente cuando este falleció de tuberculosis bovine en 1930. Turing se graduó con honores en 1934 y poco después obtuvo una beca para realizar un doctorado en la Universidad de Princeton, Estados Unidos (Sadurní, 2023).

Fue durante sus estudios de posgrado cuando en 1936 publicó su innovador artículo “On Computable Numbers”, donde esbozó la idea de una máquina universal capaz de realizar cualquier cálculo matemático, sentando así las bases teóricas de la computadora moderna. Turing regresó a Cambridge en 1938, donde se dedicó a la criptografía. Esto le permitió posteriormente tener un rol clave descifrando los códigos Enigma de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial (Sadurní, 2023).

Alan Turing y la criptografía en la Segunda Guerra Mundial

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial en 1939, Turing se unió al equipo de descifradores de códigos en Bletchley Park. Su experiencia previa en criptografía lo convirtió en una pieza clave para descifrar los códigos Enigma utilizados por los submarinos de la Alemania nazi. Turing diseñó la “Bomba”, una máquina electromecánica capaz de descifrar los mensajes encriptados por Enigma de forma más rápida. Esto permitió a los Aliados leer los planes secretos de las fuerzas enemigas y obtener una ventaja estratégica invaluable (Copeland, 2020).

En 1941 Turing propuso el uso de técnicas estadísticas para descifrar mensajes cuyo código se cambiaba diariamente. Desarrolló un sistema llamado “Banburismus” que analizaba los patrones en los mensajes interceptados, reduciendo el tiempo necesario para romper los códigos. Su trabajo matemático y criptográfico en Bletchley Park fue determinante para el esfuerzo bélico aliado (Copeland, 2020).

Además de descifrar Enigma, Turing diseñó la primera computadora programable, llamada Colossus, específicamente para descodificar los mensajes cifrados por la máquina Lorenz SZ40/42 alemana. Colossus representó un gran avance tecnológico y ayudó a mantener el dominio aliado de las comunicaciones ultrasecretas alemanas hacia el final de la guerra (Copeland, 2020).

El trabajo de Turing en Bletchley Park durante la Segunda Guerra Mundial sentó las bases para la computación moderna. Sus innovaciones criptográficas y tecnológicas cambiaron el curso de la guerra al permitir a los Aliados anticipar los movimientos del enemigo. Turing fue indudablemente una figura central en el esfuerzo científico y bélico de los Aliados (Copeland, 2020).

El aporte de Turing

La contribución de Alan Turing a la criptografía fue revolucionaria. Demostró que con un algoritmo adecuado, cualquier código podía ser descifrado mediante métodos mecánicos. Durante la Segunda Guerra Mundial, Turing lideró el equipo que creó la “Bomba”, una máquina capaz de descodificar los mensajes encriptados por la máquina Enigma en pocas horas. Esto cambió el curso de la guerra al permitir a los Aliados anticipar los movimientos del enemigo (Copeland B. J., 2004).

Pero el legado de Turing va más allá de la criptografía. En 1936 publicó su innovador artículo donde postulaba la existencia de una “máquina universal” capaz de realizar cualquier cálculo algorítmico. Esta visión sentó las bases teóricas de la computación moderna. Turing demostró que una máquina podía resolver cualquier problema si se reducía a una serie de pasos lógicos simples (Copeland B. J., 2004).

Durante la posguerra, Turing llevó sus ideas a la práctica al construir una de las primeras computadoras programables. La “Máquina de Turing” ejecutaba diferentes tareas cambiando su programa interno. Esta flexibilidad permitiría la revolución informática iniciada años después. Turing también investigó la Inteligencia Artificial, acuñando el famoso “Test de Turing” para determinar si una máquina es capaz de pensar como un humano.

Alan Turing fue un visionario que sentó las bases de dos áreas clave del mundo moderno: la criptografía computacional y la informática programable. Sus ideas e inventos cambiaron el curso de la historia contemporánea. Turing demostró el poder de las máquinas para resolver problemas complejos, una visión que impulsó la era digital en que vivimos (Copeland B. J., 2004).

El desafío de la inteligencia artificial

En 1950 Alan Turing publicó un artículo donde proponía una prueba para determinar si una máquina podía pensar de forma indistinguible a un ser humano. Esta prueba, conocida como el “test de Turing”, consiste en un interrogatorio donde un evaluador hace preguntas a una máquina y a una persona real por separado. Si el evaluador no puede distinguir cuál es el humano y cuál la máquina, se asume que esta última posee inteligencia artificial equivalente a la humana (Castillo Vicci, 2018).

El test planteaba un desafío ambicioso para los informáticos de la época, demostrando que Turing era un visionario en el campo emergente de la inteligencia artificial. Durante décadas, ningún programa logró superar el test de Turing, aunque en la actualidad existen chatbots cada vez más sofisticados que pueden engañar a algunos humanos en conversaciones limitadas (Castillo Vicci, 2018).

Si bien el test tiene ciertas limitaciones, introdujo una aproximación operativa a la difícil cuestión de evaluar la inteligencia. Además, estimuló avances significativos en el procesamiento del lenguaje natural y otros campos relevantes para desarrollar máquinas más inteligentes (Castillo Vicci, 2018).

Acusación y muerte de Alan Turing

A pesar de su rol clave descifrando códigos en la Segunda Guerra Mundial y sentar las bases de la informática actual, en 1952 Turing fue acusado de “indecencia grave” por mantener relaciones con otro hombre. La homosexualidad era ilegal en la Inglaterra de aquella época. Turing fue declarado culpable y se le dio a elegir entre ir a la cárcel o someterse a una castración química. Optó por la segunda opción (Domenech, 2015).

Este brillante matemático e informático que había salvado innumerables vidas creando la “Bomba” para descifrar Enigma durante la guerra, fue cruelmente castigado por su orientación sexual. La hormonoterapia a la que Turing se sometió tuvo efectos devastadores en él, tanto física como psicológicamente (Domenech, 2015).

El 8 de junio de 1954, poco después de cumplir 41 años, Alan Turing fue encontrado muerto por envenenamiento de cianuro en su casa. Aunque no se sabe con certeza si fue suicidio, la evidencia apunta a que Turing se vio orillado a quitarse la vida debido a la persecución que sufrió por parte del estado británico por su homosexualidad (Sadurní, 2023).

De esta manera terminó trágicamente la vida de uno de los científicos más innovadores de la historia moderna. No fue sino hasta el año 2009 que el gobierno británico finalmente se disculpó por su injusto tratamiento, y en 2014 la reina Isabel II le concedió el perdón real de manera póstuma (Sadurní, 2023).

Referencias

Castillo Vicci, A. (2018). ¿Qué pasó con el Test de turing? Teorías, enfoques y dplicaciones Ee las Ciencias Sociales, 61 – 69.

Copeland, B. J. (2004). The Essential Turing. 590: Oxford University Press.

Copeland, B. J. (2020). Alan Turing: El pionero de la era de la información. Madrid: Turner.

Domenech, F. (19 de Agosto de 2015). BBVA openmind. Obtenido de La extraordinaria historia de Alan Turing: https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/grandes-personajes/la-extraordinaria-historia-de-alan-turing/

Sadurní, J. M. (19 de Julio de 2023). Historia national geographic. Obtenido de Alan Turing, el arma secreta de los aliados: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/alan-turing-arma-secreta-aliados_16352